El ambiente es idílico y uno ha de fijarse bien para estar seguro de que no se trata de unicornios ni pegasos. Pero los alambres de la valla actúan como leve barrera visual y sobran. Si te acercabas, quizás no podías hacer un encuadre suficiente para incluir el grupo. Aunque hay angulares que lo permitirían, a veces esos objetivos tienen el defecto de no encontrarse entre los recursos de nuestro equipo... También suele suceder que, seducidos por lo que nos movió a realizar la foto, no reparemos en elementos indeseados como esos. La práctica asidua y el afán de superación son mano de santo para ese handicap, mera cuestión de auto-educación visual.
Salvador Solé Soriano