Grulla manchú (Red-crowned Crane)
Tercera y última especie de grulla que subo como parte del reportaje de mi viaje a Corea del Sur (enero 2017).
La Grulla manchú ha protagonizado documentales; se la suele mostrar bailando en un paisaje nevado, tal cual una pintura japonesa. Yo no la vi bailar porque enero todavía es muy pronto para que inicien sus nupcias, pero al menos conseguí este cuadro que soslaya la foto-caja más convencional (un solo bicho, de cuerpo entero y actitud estática).
La Grulla manchú (Grus japonensis) cría a caballo entre el N.E. de China y el extremo oriental de Rusia. Algunas, también en la isla japonesa de Hokkaido (donde las filman bailando al principio de primavera). El invierno lo pasa en un par de ubicaciones de China, en la misma isla de Hokkaido y en el límite entre Corea del Sur y Corea del Norte; la célebre Zona Desmilitarizada. Allí tomé esta foto.
De punta de pico a punta de cola, la Grulla manchú mide cosa de 150 cm. De punta a punta de ala alcanza los dos metros y medio (tamaño buitre, vamos). Machos y hembras presentan idéntico aspecto y se alimentan de lo que pillan; plantas diversas (carrizo, hierba, arroz…) insectos, cangrejos y otros invertebrados acuáticos, anfibios e incluso roedores. Puesto que su número (estimado en el año 2009) no excede de los 2750 individuos, se la considera en peligro de extinción. Aunque en las Coreas y en Japón, donde se concentra el 90% de la población invernante, está por ahora bastante a salvo, eso solo será hasta que el Gran Lider decida bombardear a sus enemigos del sur y del este. Y con ellos salten la grullas en pedacitos… Si le da el siroco, esperemos que sea en verano, cuando la mayoría de grullas se han pirado a China y a Rusia.
Cámara Nikon D7100 con objetivo Sigma 150-600 mms. apoyado en ventanilla de automóvil.
Iso:250
Exposición (v):1/200 de segundo.
Apertura (f):10
Txema Bacaicoa (Colectivo IS)