Un bicho la mar de curioso y sociable. Lo has retratado con buena luz y gran nitidez. Además, el desenfoque añadido ayuda a separar al sujeto del entorno. Pero situar en el centro al protagonista de la foto, salvo cuando la excepción está artísticamente justificada, genera encuadres visualmente pobres. Seguir la regla de los tercios nos salva de ello y hace las fotos documentales, como ésta, más agradables.
Salvador Solé Soriano