La hoja verde resulta muy oportuna para incluir un contraste de color. Y el remolino, cual dibujo de niño (o pintura de Van Gogh) es una delicia.
Vale la pena pasar frío. Yo he aprendido que, aunque a veces la insensibilidad resulte alarmante, si la temperatura no desciende bastantes grados por debajo de cero, no hay lesiones y lo peor que pasa es que recuperas la sensibilidad tras un episodio de dolor agudo que no dura ni quince minutos. Gajes del oficio.
Lucas Gutierrez Jiménez