Según las reglas clásicas de la composición, amputar los cascos (o los pies) en un retrato es de mala educación; en todo caso, se corta por las rodillas. Normas como esa están para saltárselas cuando ello mejora la foto, aunque no me parece éste el caso; un encuadre más cerrado o uno más abierto con las cebras hacia la derecha, hubiera sido lo correcto. La pose de los equinos es original, eso sí. Y se destacan contra el entorno verde. Luz y color, al pelo.
Antonio Cuenca. vaya :hace 5 años
Buenas noches Salvador,gracias `por tu comentario y oportunas y profesionales observaciones, un saludo.
Salvador Solé Soriano