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A Coruña II

Había estado en esta ciudad allá por el 77 y tenía un recuerdo de estas casa que siempre volvía a mi cabeza cuando por el motivo que fuera, salía a relucir. Evidentemente, desde entonces, la ciudad ha cambiado, pero estos edificios y sus miradores cerrados siguen ahí y a mi entender, siguen dando una buena postal de la ciudad. Por muy postal y muy clásica que pueda ser
--- Cámara:Canon Modelo:Canon EOS 6D Iso:200 Exposición (v):1/320 segundos Apertura (f):8 ---

Txema Bacaicoa (Colectivo IS)

En fotored desde 04/01/2012

Ficha personal
  • hace 5 años
    Salvador Solé Soriano
    Las postales hay que tenerlas; son como la base del archivo, su punto de partida. Como poco, suelen resultar informativas. Estas fachadas persiguen admitir el máximo de luz en la estancia. ¿A quien se le ocurrió crear esta solución? Quizás no se sepa, pero se debió poner de moda y desde ya hace mucho caracteriza a A Coruña. En los tiempos en que surgió este estilo, la fabricación de vidrio no debía ser capaz de crear grandes láminas resistentes y, teniendo en cuenta los temporales, los vidrios no podían ser muy grandes. Tampoco convendría que fueran excesivamente gruesos. Ese cúmulo de factores, deduzco, determinó que los pueblerinos pudientes empleasen esta solución, tan particular, que hoy es uno de los sellos estéticos de la ciudad.
    • Txema Bacaicoa (Colectivo IS) :hace 5 años Gracias Salva. Me dijo mi amigo José María Suarez, Ferrolano que vive en A Coruña y con quien nos vimos el otro día, que la ciudad le ha ganado muchos metros al mar, pero que antiguamente, estas viviendas daban directamente al mar, de hecho eran la trasera de las casas y esos miradores tenían la misión de proteger del mal tiempo y de los temporales a sus habitantes, así que si, seguramente, el tamaño de esos cristales tenga bastante que ver con le necesidad de resistencia, como a la dificultad de obtener grandes y resistentes láminas de vidrio
  • hace 5 años
    Salvador Solé Soriano
    Gracias por el apunte, Txema. Muy interesante que, aun siendo la parte trasera de las casas, los propietarios se empeñasen en que entrase tanta luz y se rascasen el bolsillo, porque esas espectaculares retículas de vidrio y madera ya entonces debían ser caras de construir y de mantener.