Charlando espero
Una de las estampas más fotogénicas y características de Venecia son las góndolas frente a la Plaza San Marcos. Tanto es así que resulta difícil evitar los encuadres más obvios y espectaculares. No pretendo haberlo conseguido del todo pero al menos lo intenté con esta imagen cuya historia vale la pena contar; en Enero hace bastante fresco en ciudad tan húmeda, así que no todo el mundo se animaría a dar una vuelta en góndola. Para mayor seguridad y prevención de pulmonías, el cuerpo de gondoleros ha tomado la sensata decisión de poner unos precios imposibles a su servicio (me dijeron que hasta 80 € por persona y paseo) de manera que casi nadie se vea tentado - por el romanticismo u otras razones - ha dar una vuelta en góndola. Muy poca gente vimos dispuesta a pagar semejante dineral por congelarse amorosamente canal arriba, canal abajo. Por eso las góndolas duermen tranquilas en la niebla esperando los carnavales y el verano, cuando se cuadruplican los turista y, consecuentemente, también la gente capaz de pagar por una gondolada. La lógica nunca ha regido la vida humana ya que con precios más asequibles, los gondolieris tendrían algo que hacer y ganarían dinero con mayor regularidad; quedarse horas de plantón en los muelles tampoco les debe hacer mucha gracia.
Cámara Canon PowerShot G12 a pulso.
marta Liber