Una toma majestuosa de un lugar que está a medio camino entre la escultura y la arquitectura. Me gusta la luminosidad conseguida, con ese ventanal al fondo. No sé si te dejarían entrar con trípode pues, por ejemplo en la catedral de Barcelona, está prohibido. La iglesia (como tantos otros negocios privados) procura evitar que nadie consiga buenas fotos de su patrimonio sin pagarle algo en conceptos de "uso profesional". Y a la persona que lleva un trípode se la considera profesional (¿?). Es en parte por eso que no he ido desde hace muchos años a la Sagrada Familia.
Llevo tiempo por barcelona y no he entrado en la sagrada familia, digamos que el cúmulo de gente y largas colas para entrar, no son mi fuerte... pero con fotografías como estas dan ganas de ir. Impresionante la presencia del interior que has captado.
Saludos
F. Xavier Vilamanyà Prat