Dragón volador sp.
Para mimetismo, el de éste dragón volador (cuya especie no tengo nivel herpetológico para dilucidar). Con la intención de mostrarlo bien cerca y entero, he tenido que dejar poco aire por delante de la cabeza, un encuadre tonto que se supedita a ilustrar lo que me interesa; cómo el bicho se funde con el tronco. Al igual que el Correlimos pectoral de la foto anterior, estos reyes del mimetismo han de hacer algo, ya no solo para impresionar a la hembras, si no para que al menos éstas los puedan ver. El mecanismo elegido por esta especie es un semáforo dérmico que despliega y oculta a voluntad mediante un hueso móvil conectado a la mandíbula inferior; si mantiene plegada la bandera, el animal es invisible pero cuando, con rápidos movimientos, despliega y repliega ese brillante estandarte, hace un efecto similar a los destellos de un código de señales; yo lo ví porque, de lejos, me pareció que una mariposa aleteaba en lo alto de la rama. Maravillas de la naturaleza.
Cámara Nikon D2X con objetivo Sigma 50-500 mms. f:5.6-6.3 a pulso.
marta Liber