Perfectamente conseguido. El tono monócromo verdoso recuerda el magistral ambiente logrado en la película "La ciudad de los niños perdidos" (1995 Marc Caro y Jean-Pierre Jeunet) aunque tiene tu propio toque. La pincelada de de luz lunar del lado derecho es un gran acierto para enriquecer la simplicidad básica del encuadre. Un fotón, bien pensado y realizado. No le encuentro ningún "pero".
Salvador Solé Soriano