Supongo que las personas somos capaces de estresarnos hasta en el paraíso pero, desde luego, el Señor de la Bolsa parece tomárselo con calma. El azul del agua, impresionante.
Un jubilado paseando por esa playa con aguas transparentes de gran belleza que invitan a caminar por ella, aunque al señor con esa vestimenta no le conviene.
La foto está buena pero a mi gusto la apaisaria cortando la parte superior, dejando solo al sujeto alejándose. Es sólo una manera de ver. Saludos!
Salvador Solé Soriano