Sí; con las aves comunes como esta, lo suyo es buscar algo más que la estampa de libro (necesaria tan solo para apreciar con exactitud sus proporciones). El dinamismo se agradece y no por ello pasan desapercibidos detalles como las vaporosas plumas nupciales del dorso (que caen hasta la cola) y las dos largas de la nuca, que en posición de reposo a veces pasan desapercibidas, al quedar pegadas al cuello. La luz de atardecer (o amanecer) siempre es agradecida.
Pedro Emilio Romero Martínez :hace 5 años
Gracias por tus comentarios, las imágenes fueron tomadas de buena mañana.
Salvador Solé Soriano