En las tres imágenes de Cueva-ermita encuentro que los planos (pieza clave de la composición) al no presentar grandes diferencias de intensidad en la iluminación y/o diferencias en el color, contrastan poco entre sí y, dado que - además - todos están bien enfocados, sin que se lleguen a confundir, las composiciones quedan "flojas". Se entiende perfectamente qué planos son cuales, pero en las fotos tiende a prevaler un collage de tonalidades y formas dispersas. Al fijarte, sin duda, todo se ordena tal cual pretendías, pero, sobre todo al principio, hay que vencer una cierta impresión de caos.
Salvador Solé Soriano