Un enclave espectacular con ese lago que parece helado (supongo que el color se debe a la sal) en un entorno árido, típico de los Andes. Bien equilibradas las luces, las sombras y el color. Una composición sencilla pero efectiva.
Efectivamente, la laguna estaba helada. Según pudimos comprobar en la laguna de al lado (Meñiques), que tenía una pequeña parte sin helar, el azul del agua es bastante oscuro en su color natural. El frío era bastante intenso, de bastantes grados bajo cero. Saludos
José Arcos Aguilar