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País de acogida

Sin ánimo de polemizar, pero sí de debatir, sirva esta imagen para dar pie al debate.
--- Cámara:OLYMPUS IMAGING CORP. Modelo:SP590UZ Iso:200 Exposición (v):1/200 segundos Apertura (f):5.6 ---

Luis Ruiz

En fotored desde 17/07/2012

Ficha personal
  • hace 6 años
    Luis Ruiz
    Nos remitimos a la década de los 80 cuando empezaron a verse Cotorras grises volando libremente por nuestra geografía patria. Como anécdota, he de confesar que la primera que vi en libertad fue el 21 de diciembre de 1980 en la Casa de Campo de Madrid mientras practicaba cetrería con unos amigos; de hecho, uno de los dos azores que participaban se fue tras ella, aunque he de confesar que no la acompañó el éxito de la captura. Recuerdo que todos creímos que se trataba de un ejemplar escapado del Zoo de Madrid, que no se encontraba muy lejos de la zona y que, como todo prófugo desubicado, tendría los días contados, pero nunca pensamos que se tratara de un ave totalmente silvestre. Han pasado ya muchos años de eso y desde luego ninguno de los allí presentes podría suponer que tres décadas después esta especie iba a aparecer en las “Guías de aves de España” como una más; perfectamente “integrada”, abundante y en expansión, aunque lo de integrada ya habéis visto que lo he puesto entrecomillado. Durante estas tres décadas la hemos visto primero con sorpresa y simpatía: “Un loro… ¡qué bonito!”. Luego, a medida que se iba haciendo frecuente, con simpatía solamente: “qué chulis son…” para ir pasando paulatinamente a la indiferencia cuando no al reproche: “Joder, pues sí que son ruidosas; me han despertado de la siesta” Ahora, tras haber miles de parejas reproductoras y en aumento, empiezan las alarmas: ruido, suciedad, destrozos en arbolado, competencia y desplazamiento de especies nativas… “¿Y ahora qué?” se preguntan las autoridades. Bueno, a ver si tirando los nidos… a ver si asustando… a ver si capturando adultos para esterilizarlos… a ver si… ¡pamplinas! Todo es ineficaz, caro e inviable. Erradicarlas implica campañas muy agresivas donde la captura y muerte ha de ser la norma pero, claro, ¿”quién le pone el cascabel al gato”?, porque matarlas no está bien visto por esta sociedad un tanto pusilánime; “además (dirán muchos) qué culpa tiene las pobres, con lo bonitas que son…? “La culpa es de los humanos, que primero las traen, luego las sueltan y ahora quieren matarlas; pobrecillas”. Y sí, sentimentalmente hablando tiene su lógica, claro, pero eso no soluciona el problema. ¿Y ahora qué? España es un país de acogida. Se las ha recibido muy bien; se las ha querido y mimado; nos caen simpáticas incluso; las hemos adoptado gustosamente mientras su número no daba problemas, que no así sus costumbres. Podría decirse que la “integración” no ha sido la correcta; ellas, lógicamente, siguen sus costumbres y hábitos de vida que la Naturaleza les ha ido imponiendo. No tienen culpa de ser así, pero el nuevo entorno, fauna y flora, tampoco. Tenemos un problema. Un problema que hay que solucionar, pero… ¡Qué difícil es solucionar un problema donde no hay malos pero sí víctimas! ¿Y ahora qué? El tiempo lo dirá…
  • hace 6 años
    Salvador Solé Soriano
    Muy buen comentario, Luis. Expones magistralmente el problema. Pienso que, para esta especie (y para la menos conocida Cotorra de Kramer, también en expansión) no hay ya solución. Pero sí podría haberla para que la próxima ave no invitada a nuestros ya maltrechos ecosistemas no nos pille, treinta años después, todavía con los pantalones en los tobillos. En países como Australia y Nueva Zelanda se han puesto las pilas tras sufrir desastres que ríete tú de los nuestros y ahora está muy difícil que allí se afinquen más aves exóticas e incluso plantas, ya que la respuesta es inmediata y contundente. En dichos países las asociaciaciones animalistas lo más que pueden pedir ahora, vistas las consecuencias de las actitudes infantiles y sentimentaloides, es que los inocentes no sufran... Por ejemplo, están matando gatos silvestres al por mayor para salvar marsupiales en vías de extinción y aves terrestres endémicas a las que les falta el canto de un duro para desaparecer. La foto tiene de bueno que el bicho; 1) se está comiendo una granada, que no es fruto originario de sus predios nativos (Argentina) si no de los nuestros. Y 2) que lo está haciendo antes de que madure, con lo cual la dispersión de las semillas va a sufrir un duro golpe...
  • hace 6 años
    Alberto Arcos Hurtado
    El llevarnos especies de un lado para otro, sin importar lo que implica eso, ha sido siempre un capricho del propio ser humano, desde tiempos inmemoriales. Y no solo a nivel de animales como el que expones, sino de plantas, ... este año se dedicarán 5.5 millones de euros de fondo europeo a la lucha contra el camalote aquí... pero el camalote lleva más de 10 años entre nosotros.. la primera vez que se vió un manto de camalote fué en el 2003... estamos en el 2017 y seguimos sin poder erradicarlo.. se gastan alrededor de 3 millones de euros al año para limpieza y control de esta planta... desde sus inicios se han podido gastar mas de 40 millones de euros en "luchar" contra esta planta de origen Amazónico. Y lo pongo entre comillas porque para lo que unos es una lucha real contra la asfixia de un río y su ecosistema, para otros es un negocio muy rentable.
  • hace 6 años
    Dolores Salvador D.
    El Ayuntamiento de Barcelona no la considera una plaga y siguen haciendo censos. Sólo se retira sus nidos cuando ya representan un peligro para las personas ó el propio arbol. Enemigos no tienen, con 5/6halcones en bcn, que ya van bien servidos de palomas. Y los gatos que ya no hay, se ocuparon de ellos. Alguien se ha dado cuenta que ya no hay tantos Mirlos y Urracas?. Pasemos a las afueras de Bcn, en el Prat y zona Baix Llobregat, donde las cotorras dan cuenta de los cultivos, casi en su totalidad, en bandos que dan miedo, yo no las he visto tan bonitas y simpáticas, són violentas y perdiceras. Aquí los payeses han decidido matarlas, el cómo puede entrar en polémica como además que alguna ave protegida podría caer también. Da la sensación cada cual hace lo que puede en pro de sus intereses y como bien sabe. Como siempre "solo" hace falta que los de mas arriba se implique y haga lo que hay que hacer, guste o no guste a todos, que eso siempre pasará.
  • Tercer intento, a ver si esta vez sube. Pienso que Luis va mas allá de lo que su descripción de la foto indica. Se puede intuir otra intención, o yo así lo hago y que me parece cuando menos, tan importante como la explicita, sino mas
  • hace 6 años
    Luis Ruiz
    Hola a todos de nuevo. Compruebo que todos tenéis opinión sobre la problemática y, además, veo que es una opinión realista al describir con ejemplos situaciones semejantes y basadas en hechos reales. A pesar de todo, a excepción del amigo Salva, nos hemos limitado a constatar la problemática sin ir más allá sobre posibles formas de solucionar dicho problema; y respecto a Salvador, su posible solución se limita a tratar de aprender de esta experiencia para no cometer en el futuro errores parecidos, pues en este caso que nos ocupa puede decirse que no hay ya solución; corregidme si me he equivocado en la apreciación. Pero como ya dije, la solución no es fácil si, además, se pretende no herir susceptibilidades ni traspasar las barreras de lo políticamente correcto y tolerable en la sensibilidad social imperante hoy día. Evidentemente hablo del exterminio sistemático de cotorras y supongo que bastaría con dar luz verde a la población para que, automáticamente, surgiera una legión de personas que mediante cepos, trampas, escopetas, etc, pusieran fin a la problemática en pocos meses. ¡Qué fácil se dice! ¿Qué político le pondría “el cascabel al gato”? Ya os adelanto que esto no va a pasar, al menos a corto y medio-largo plazo. Tampoco estoy yo seguro de que fuera la solución. Pero he de confesar que ha sido el compañero Txema quién ha sido más sagaz en la apreciación paralela y/o el mensaje subliminal que he querido “colar”. Sí, corren malos tiempos para la convivencia social. Me preocupa todo lo que está pasando en Europa con el tema de la inmigración descontrolada y ahora, también, el terrorismo islamista. No pretendo hacer paralelismos entre esta problemática y la de las cotorras; que nadie me achaque comparar una cosa con otra. Simplemente la foto y su historia sirven como inicio de reflexión, pero evidentemente nunca como sustitución de problemas y soluciones. Puede que este no sea el lugar más adecuado para este tipo de debates, por eso no voy a profundizar más en el tema excepto para apuntar que una cosa es el “acogimiento” y otra la “integración”. Las Cotorras grises han sido “acogidas” pero no se han “integrado”. Que cada cual saque sus propias conclusiones. Un saludo a todos.
    • Txema Bacaicoa (Colectivo IS) :hace 6 años Pues si, eso me pareció entender que querías transmitir con tu foto y además he de decir que comparto plenamente lo que dices, no es lo mismo acoger que integrar y peor vamos a andar si no integramos
    • Alberto Arcos Hurtado :hace 6 años La capacidad de acogida, es nuestra. La capacidad de integración, es de cada uno que viene. Lo que ha pasado, no creo que sea un problema de integración.
    • Txema Bacaicoa (Colectivo IS) :hace 6 años Cierto Alberto, lo de Barcelona no ha sido solo problema de integración, pero si en una buena parte. Si los musulmanes vienen de un país donde se circula por la izda, no tienen ningún problema en amoldarse a circular por la dcha. Así tendría que ser con el resto de las normas que definen y rigen una cultura. Dicho de manera simple, si tu vienes a mi casa, rígete por mis normas y no te preocupes que cuando vaya a la tuya, procuraré cumplir con lo establecido. Pero en este país no, aquí somos mas chulos que nadie, y no solo acogemos, lo que me parece muy bien, sino que ademas les facilitamos que se salten nuestras normas por respeto a su cultura y eso puede ser un buen caldo de cultivo para los extremismos. ¿Quieres venir, pues vale, te abrimos los brazos, pero que sepas que aquí somos un estado laico donde no admitimos que las religiones dicten nuestro modo de vida salvo a titulo particular. Si lo admites así, estupendo, eres bienvenido, si no, búscate otro lugar o lucha en tu país para mejorar, que en definitiva es lo que aquí llevamos haciendo muchos siglos a costa de grandes sacrificios y cuando hemos tenido que emigrar, nadie nos lo ha puesto fácil y nos ha permitido saltarnos las normas
    • Luis Ruiz :hace 6 años Totalmente de acuerdo con Txema. Si yo acojo a alguien en mi casa, soy yo también quien le dicta unas normas, como pueden ser no fumar dentro de ella ni aún tratándose de un fumador empedernido. Exactamente igual si se le invita a vivir en nuestro país: hay normas, leyes y costumbres que hay que respetar. Nadie le obliga a vivir aquí, por tanto si lo hace, ha de respetar como el que más dichas normas y leyes. Lo de Barcelona ha sido una canallada, pero también lo de Madrid en 2004 y lo de París, y lo de Londres, y lo de Bélgica, y lo de Estocolmo y lo de... y siempre por los mismos: inmigrantes que no se integran (ni siquiera tras varias generaciones), y en estos casos además con la excusa de imponernos... ¡imponernos!... la ley islámica, la sharía. Miro mi foto y veo una inocente ave que hace lo que la ley de la Naturaleza le dicta; hace mal, pero es inocente de ese mal. Veo lo otro y veo gente que plenamente consciente de lo que hace, y hace el mal a la sociedad que los acoge con los brazos abiertos... aunque ya muchos empiezan a cerrarlos. Nota importante: solo me refiero a los que no se integran. Otros muchos sí lo han hecho.
  • hace 6 años
    Luis Ruiz
    Bueno, en realidad yo no me refiero tanto al terrorismo (máxima expresión de la delincuencia, por llamarlo de alguna forma) como a la delincuencia en general fruto de la falta de integración. Según datos extraídos del informe estadístico sobre extranjeros y delincuencia elaborado por el Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, dependiente del Ministerio del Interior, es significativo que: En España se cometen al año algo más de 300 asesinatos. La población inmigrante marroquí cometió en 2015 el 18% de ellos (53), a pesar de que solamente supone el 1,5% del total de la población en España, lo que supone un aumento de casi el 30% de los asesinatos que los inmigrantes de esta nacionalidad cometieron en 2014. Entre los no españoles presos en cárceles de nuestro país, los marroquíes ocupan el primer lugar. Suponen el 10% del total de la población reclusa y el 25% de los extranjeros encarcelados en nuestras cárceles. Solamente el contingente de rumanos residentes en España supera en número total de delitos a los procedentes de Marruecos, pero mientras que los norteafricanos concentran los crímenes de mayor gravedad –asesinatos, violaciones, maltrato o tráfico de drogas-, los procedentes del este de Europa se centran en hurtos y robos a pequeña escala. (Cont.)
  • hace 6 años
    Luis Ruiz
    La colonia marroquí en España es muy similar a la rumana. En ambos casos se sitúa en torno a las 700.000 personas. El mayor contingente de población hispanoamericana en España es el ecuatoriano. Suponen casi 200.000 personas, pero su índice de criminalidad es mucho menor que el de la población marroquí. La población procedente de Ecuador cometió en 2015, 6.523 delitos, muy por debajo de los más de 20.000 que cometen miembros de cada una de las dos nacionalidades antes indicadas. Preguntado a la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional, para saber a qué achacan las mayores tasas de delincuencia y la comisión de delitos graves por parte de los naturales de Marruecos, estas fuentes aseguran que se debe a tres tipos de razones principales: religiosas, culturales y sociales. La mayoría de los marroquíes que delinquen en España son musulmanes, una religión que en muchas de sus prácticas choca con la legalidad en Europa. Entre ellas las concernientes al trato y la consideración de la mujer. Por eso los delitos contra la libertad en el ámbito familiar superan a los de cualquier otra nacionalidad. Culturalmente, Marruecos se encuentra en una zona geográfica en la que el respeto por la vida, la propiedad y el bienestar de terceras personas tienen una consideración menor que en Europa y socialmente se debe a que la entrada de población inmigrante de esta procedencia viene de zonas especialmente deprimidas en las que ya delinquían antes de llegar a España. Las mismas fuentes aseguran que la población rumana que delinque en España es principalmente de etnia gitana, por lo que no debe ser identificada con el conjunto de la población de ese país europeo. Simplemente estoy aportando datos; no suposiciones. Así que insisto: Acoger es una cosa e integrarse es otra. Como bien apunta Txema, lo primero es responsabilidad nuestra; lo segundo es suya... ¡pero el problema es nuestro!