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Recuerdos

Las pistas forestales y los vehículos todo terreno hace tiempo que suavizaron el duro discurrir de la vida de los ganaderos que se veían obligados a pasar muchos días en el monte en lugares como el que os muestro. No tendría yo mas de 16 o 17 años cuando conocí este lugar, aun con el tejado de lajas de piedra entero, una puerta fabricada con dos tablas y unida al poste que aun vemos por unos goznes de badana y una cuerda por cerradura. En el interior, un rincón ennegrecido por el fuego sin chimenea, un estante fabricado con otra tabla y sujeto a la pared con dos estacas introducidas entre las piedras del muro donde era normal encontrar sal, una vieja sartén de hierro ennegrecido de mil fuegos, alguna botella con restos de vino y cerillas. En el rincón opuesto a la puerta un camastro de tablas cubierto de una buena capa de helechos con una vieja y sucia manta de áspero tejido por encima. Algunas arañas probaron el sabor de nuestra sangre cuando la utilizábamos para desde allí acceder a las cumbres de la zona. Había que ir en el autobús de linea que hacia el trayecto hacia los pueblos del Baztán y lo normal era ir el sábado por la tarde y volver el domingo también por la tarde después de subir alguna de las cimas. Si lo perdías tocaba hacer "dedo" y la verdad, no es que abundaran los coches ni los chóferes generosos, aunque siempre conseguíamos que alguien nos devolviera a casa
Nombre del modelo de cámara DMC-FZ30 Hora y fecha de disparo 12/08/2007 6:46:54 Tv (Velocidad de obturación) 1/6 Av (Valor de apertura) 5.0 Compensación de la exposición 0 Velocidad ISO 80

Txema Bacaicoa (Colectivo IS)

En fotored desde 04/01/2012

Ficha personal
  • hace 11 años
    Salvador Solé Soriano
    La foto, con ese vigoroso contraste entre luz y sombra, tiene carácter pero debe una parte nada desdeñable de su interés al texto que le adjuntas. Supongo que, precisamente porque ahora los ganaderos pueden volver a dormir a casa gracias a los 4x4, cabañas como está han quedado olvidadas. Yo también, hace 25 años, dormí en lugares así y estoy casi seguro de que ya no están siquiera habitables para una noche. Las cabañas que encuentro ahora se usan como corral de ovejas y, entre la caca que tapiza el suelo y las pulgas que esperan a un ex-montañero al que le pueda más el romanticismo que la prudencia, han acabado por volverse inhóspitas, cuando antes fueron hospitalarias.
  • hace 11 años
    Norma Betty Lago
    La foto muestra una casa que el tiempo no perdonó, pero que la vegetación ha embellecido con ese aspecto de hospitalaria a pesar de los destrozos, la sombra que ofrece es tentadora y tus recuerdos la hacen más interesante aún. Decimos que las cosas no cambian, pero por lo que veo la mayoría tenemos un pasado de pobreza que a fuerza de esfuerzo hemos superado