El agua, en cualquiera de sus estados (nube, líquida o helada) es un motivo fotográfico inagotable por su carácter cambiante y dinámico. Veo que estás experimentando con ella a través de las velocidades de la cámara ya que su aspecto se transforma mucho si la usas alta (como en las dos fotos caseras) o más bien baja, como aquí. En las zonas de brillo ha tomado un aspecto como de celofán. No obstante, debemos pensar también en la composición y aquí, como la zona más clara la has puesto hacia un lado y arriba, algo de gracia tiene.
Salvador Solé Soriano