Recoñe; me ha costado pillar la imagen; creo que has utilizado algún tipo de truco digital para convertir en caja una imagen plana y así aprisionar en una jaula-cubículo a la pobre cotorrita; bien empleado el recurso para reforzar el efecto de encierro. La ventana que se ve detrás, tan densamente enrrejillada, es un cruel recuerdo de que afuera existe la libertad. Me parece una buena idea, bien expresada. Yo ni siquiera visito esos campos de concentración animal pues son una de tantas muestras del desprecio que el ser humano siente por el resto de la naturaleza, por mucho que le guste la playa en verano e ir a esquiar en invierno...
como foto denuncia me parece una toma excepcional, siento pena del lugar en que esta confinada esta criatura
pues en su habitat natural goza de los espacios abiertos y de una libertad sin limites, me gusta, un saludo.
Salvador Solé Soriano