Ángel muerto
Una paloma depredada por gato o gaviota no es algo en lo que nos guste fijar la atención. Nada que nos recuerde directamente nuestra innegociable mortalidad es de nuestro agrado. Pero incluso ahí podemos hallar belleza. O eso es lo que a mí me parece. La foto está muy tratada mediante Photoshop para conseguir ese efecto de brillo metálico a medio camino entre lo celestial y la pesadilla. En nuestra prosaica sociedad, mueren los ángeles. Pero los diablos nos siguen acosando bajo la postmoderna apariencia del libre mercado.
Cámara Canon PowerShot G11 y golpe de su flash incorporado. A pulso (justo delante de la puerta de mi casa).
Alberto Arcos Hurtado