La letra pequeña.
En la maravilla que el otoño supone para quien lo mira con ojo fotográfico se encuentra también el pequeño detalle, la letra pequeña en ese contrato en el que tenemos todo a ganar, y que, a menudo, dejamos de lado ante la orgía de colores y horizontes. Las caricias de luz y esos apenas esbozados besos furtivos que las gotas de lluvia, las hojas que caen y rincones minúsculos nos envían a cada instante. Es el mismo otoño, escrito con letra pequeña.
Salvador Solé Soriano