Meandros boreales
Una de las cosas que más me impresionaron de Alaska fue que, en cuanto despegabas, desaparecía del paisaje - en cuestión de diez minutos - toda huella de impacto humano. Y volabas ya no sobre un país si no sobre una época pretérita en la cual no teníamos poder para destrozar el planeta. O ni siquiera existíamos. La foto que os presento no es especialmente estética pero muestra a las claras los vigorosos procesos de sedimentación que transforman sin pausa, de un lustro para otro, las curvas de los cauces fluviales cuando estos discurren, como es el caso, sobre un terreno llano.
Tomada a través de la ventanilla en el vuelo de Anchorage a Nome, la imagen no derrocha calidad pero poseo gratas emociones asociadas a la visión de ese rincón del planeta, todavía hoy impoluto.
Cámara Canon PowerShot A620 a pulso desde avión
Iso : 80
Exposición (v):1/200 segundos
Apertura (f):6.3
marta Liber