Rebeco con finas hierbas
Está comprobado que los animales poseen personalidades individuales. Hay ejemplares más nerviosos y huidizos que otros y algunos, sea por su inteligencia (intuyen que el fotógrafo es inofensivo) o su estupidez (no reaccionan correctamente ante un peligro potencial) aparentan mayor curiosidad o mansedumbre. En todo caso, son estos individuos atípicos los que a uno le alegran la vida al permitir aproximaciones habitualmente imposibles. Yo no salgo a buscar mamíferos ya que lo mío son los pájaros pero no desaprovecho la ocasión y menos cuando la pintan calva. Esto me sucedió hace más de cuatro años en el Valle del Freser, cerca de Queralbs donde pude aproximarme a unos veinte metros de este adulto tan indulgente. El lugar es zona de paso frecuentada por los excursionistas que suben a Coma de Vaca pero aun así lo normal hubiese sido que saliese corriendo muchísimo antes. Este rebeco decidió que no había motivo para el espanto y me regalo su imagen, puro icono de los Pirineos.
Cámara Nikon D2X con objetivo Sigma 50-500 mms. f:5.6-6.3 y trípode
José Arcos Aguilar