Vencejo
Vencejo (Apus apus); el ave de las sorpresas. Aquí van:
Tienen tal adaptación a la vida aérea que desde el momento en que abandonan el nido por primera vez no paran de volar ni un solo segundo hasta transcurridos 21 meses, cuando llega el momento de criar ¿También dormir...? Pues sí. Al atardecer comienzan a elevarse de forma errática hasta alturas incluso de 2 km donde entran en somnolencia, flipe o pardala, como se quiera llamar.
Para comer, simplemente vuelan con la boca abierta y se tragan todos los bichos que van entrando por su bocaza. Las presas son tan pequeñas que una pareja en plena cría necesita aportar diariamente más de 40.000 insectos para poder alimentar a sus pollos. Se han contados cebas consistentes en hasta 600 pulgones…
El vencejo es de vuelo rápido; los nuestros pueden llegar a los 90 km/h en vuelo sostenido (de ahí el mérito de la foto y perdón por la autoalabanza) pero esta marca está muy superada por otras especies de vencejos, donde se han podido medir velocidades punta de hasta 170 km/h. Pensad en esa velocidad y en su tamaño para poder establecer una relación acorde. Es decir, que no me lo vayáis a comparar con Fernando Alonso...
¿Qué...? ¿A que a partir de ahora los vais a mirar de otra manera...? Como con más cariño...
---
Cámara:Canon
Modelo:Canon EOS 90D
Iso:500
Exposición (v):1/2000 segundos
Apertura (f):6.3
---
Salvador Solé Soriano