¿Y si en vez de clonar a las ovejas, clonasen a los pastores?
Desde que empecé a manejar el Photoshop (de eso hace ya unos añitos) estoy más feliz que un tonto con un lápiz. Me parecería un desperdicio de recursos (los del programa) y de ocurrencias (las mías) el limitarme a editar las fotos como lo hago normalmente; respetando la realidad tal como la ví. Esa es - claro - la línea principal, pero no siendo la única ni tampoco - desde luego - la más divertida, de tanto en tanto me suelto la melena y hago lo que me brota.
La clonación humana está prohibida, cosa que significa que se está llevando a cabo ilegalmente en más de un laboratorio. Pero eso no me preocupa tanto como la clonación mental que sufrimos y que nos ha llevado a crear, activa y pasivamente, la vergonzosa estructura social en la que nadamos como peces que se han construido una pecera donde se cagan para luego lamentarse de lo mucho que apesta. Ésta no es una foto de denuncia pero al filo de su un tanto sombrío humor, acuden a mi mente dichas reflexiones.
Cámara Nikon D300 con objetivo Sigma 150-500mms. a pulso. Y Photoshop.
Iso:200
Exposición (v):1/640 segundos
Apertura (f):6.3
marta Liber