Cuando tienes un Ánade azulón tan cerca y te mira así, el bicho suele estar pensando si le vas a tirar unas amiguitas de pan. Pocas veces a uno se le arriman tanto las aves, al menos es España (salvo en parques) y el dedo se va al disparador aunque la toma no vaya a salir óptima. Me gusta que la cabeza esté centrada para reforzar la simetría del gesto y, por tanto, la fuerza de la imagen.
Salvador Solé Soriano