Tengo retratado un pariente cercano de esta especie tan curiosa (sea la que fuere). El posadero no es menos interesante y crea un fuerte contraste con la oscuridad del sujeto. En este caso hubiese agradecido un poco más de profundidad de campo pero el título ya avisa; no se puede afinar demasiado con alguien que no para quieto...
Hola Pepi.
Vale, también es negra, je, je, pero le da 100 vueltas a la famosa seta.
Y es verdad lo que sugieres en el título, eso de que no paran quietas; no es fácil enfocarlas, pero con paciencia y pilladas al descuido...
Un saludo para los dos.
Salvador Solé Soriano