Retrato de Ángel Hidalgo
No redundaré aquí en el factor social, tema al que vari@s colegas de FotoRed han contribuido con sus comentarios a la foto “Bajo mínimos” (seis fotos atrás), gesto que agradezco. Con esta imagen prefiero llamar la atención sobre el partido estético que se le puede sacar no solo a una persona cualquiera si no incluso a una que no va a la moda, no pretende echarle glamour al retrato ni está, francamente, para demasiadas puñetas. Realizada en un instante y con permiso del sujeto, para la toma me limité a situarme de manera que el fondo no agobiase y la posición de la cabeza fuese elegante. La luz no tenía nada especial; era una zona de sombra en un día con sol velado. La calidad del detalle, el cariñoso tratamiento por zonas y el monócromo frío, son evidente obra de la edición, técnica con la que disfruto una barbaridad y que permite extraer mucho jugo aun a imágenes que, como esta, no pasan de meramente correctas. También me apetecía cambiar de estilo respecto al que empleé en la serie de retratos que mostré recientemente, entre étnica y fantasiosa. Como el protagonista es un mendigo (véase el texto de la foto “Bajo mínimos”) resulta imposible no meditar sobre la calidad de vida y la manera en que se reparte el caudal económico en nuestra sociedad. Por último, los tubitos de plástico para la respiración nos recuerdan lo bien que vivimos quienes no tenemos ninguna enfermedad o discapacidad que nos impida hacer vida normal.
Cámara Canon Powershot G12, a pulso.
Iso:200
Exposición (v):1/60 de segundo.
Apertura (f):3.5
Curro Vázquez